Al Llegar a Casa

     Solamente quiero llegar a casa, y me esperen tus brazos para rodearme y descansar en ellos, besar tus dulces labios y escuchar tu voz que a mi alma siente como el sonido de las olas en una playa cálida y energizante, ambos admirando la noche, la luna y las estrellas, tomándonos un vino tinto que nos avive el deseo y entregarnos al amor de nuestros seres, de nuestras almas, de nuestros cuerpo y nuestras mentes. Confieso que solo el aroma de tu piel es el que me roba el aliento, y que tu mirada me atrapa y me invita a imaginar, y viajar hacia el futuro; en tus ojos puedo ver a nuestra hija por nacer, veo repetirse los momentos e instantes en los que nos enamoramos y disfrutamos, nos veo hermosos y amantes de nuestras vidas, envejeciendo juntos y diciéndonos “lo logramos”; orgullosos de todo lo logrado y alcanzado, todo lo que se ha luchado y todo lo que se ha vivido, pero ahora solamente quiero llegar a casa a disfrutarte en el ahora, disfrutar tus palabras, tu imaginación, tus deseos, tus manos entre las mías, tu piel canela que me hechiza y me enamora cada día, tus ojos oliva que me llenan de esperanza, tu vos dulce y tierna que me elevan todo en el cuerpo y tus ideales, que compartimos, haciéndolos realidad segundo a segundo, minuto a minuto, hora a hora, momento a momento. Por ahora, solo quiero llegar a casa y encontrarte y rendirme entre tus brazos…

Marwin Carvallo Peña
Originalmente escrito: 25/03/2017

Quiero

     Quiero despertar cada día, iluminado con la belleza del amanecer en tus ojos; quiero despertar cada día, con el canto de las aves hermoso en tu voz, rozar tu piel canela, sentir tu sonrisa eterna que me ha enamorado y ha seguido haciéndolo, abrazar tu alma, sentir tu aliento, velar tus sueños; como alguna vez lo imaginé, pensé y soñé, desde que era aún muy joven, desde que era un adolescente inocente.

     Quiero dormirme cada noche, con el reflejo de la luna hermosa en tus ojos; quiero dormirme cada noche, escuchando tu voz que llena mi alma entera, oler tu cabello violeta, ahuyentar tus penas que te han entristecido y que te entristecerán no más; apreciar tu cuerpo, saborear tus besos, proteger tu sueño, como alguna vez lo imaginé, pensé y soñé, desde que era aún muy joven, desde el día en que te conocí, desde el día en que te encontré y desde el día que me enamoré de ti…  

Marwin Carvallo Peña
Originalmente escrito: 05/03/2017