viernes, 25 de mayo de 2018

La Cuádruple A de Sol y Luna


     Y así fue entonces cómo aquellas lágrimas que habían caído como piedras ahora son arena que el viento de sus alas han barrido del suelo, han secado su rostro y han hecho que alce el vuelo con ella, me sanó también mis alas; volando tomado de su mano entrelazada con la mía, flotando por sus labios y besos, cabellos, piel y mirada, sintiendo ese amor eterno que solamente puede sentirse con las almas conectadas en mente y cuerpo también, perfecto, puro, verdadero e infinito, sin apariencias y viendo más allá de lo evidente, sintiendo sin tocar, viendo sin mirar y escuchando sin oír; Dios ha dicho que se hiciera la luz que están en nuestros cuerpos-vehículos que hallaron la manera de encontrarse tras centurias, solamente perceptible por nosotros y ahora saben cómo encontrarse en adelante, chispeantes, radiantes y enamorantes.



     La cuádruple A: amando el amor que ama mientras se están amando, sin apegos ni ataduras, en libertad pero como uno solo, como un fuerte y gran engranaje que solamente necesitaba un poco de lubricante para danzar en perfecta armonía con el universo en todos los sentidos de la vida… Así ha sido, así ha estado siendo y así será porque somos amor, paz y alegría.



     Por ahora somos príncipe y princesa formantes-aprendices, pero en nuestro reino utópico que existe en nuestra realidad seremos reyes: rey y reina en un mundo verde, un mundo naranja, un mundo blanco, rosa, azul, un mundo dorado y violeta, un mundo de mucha luz, de mucho amor, voluntad y sabiduría, un mundo solamente reinante por nosotros, los amantes utópicos; los amantes platónicos…




Marwin Carvallo Peña
Caracas, 25/05/2018

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