miércoles, 13 de julio de 2016

Caminando

     Caminando he desenvainado la espada divina de la verdad y lealtad, la he clavado en el suelo, arrodillándome ante tu inmensidad he aceptado este legado, miel eterna que muestra y es tu esencia la cual puedo ver hasta con los ojos cerrados, siento tu presencia, pienso en ti todo el tiempo, la textura de tu piel que siento cual seda aún más suave, como la rosa que te regale aquel día en el que me enamoré más de ti, ¿recuerdas ese pasatiempo que solemos hacer juntos?, y como olvidar las fuentes, algunas multicolor, azul, amarillo, rojo, el sonido que serena al alma y alienta al espíritu a seguir adelante, tus ojos, tu alma que percibo a través de ellos, tan hermosa mirada, no puedo dejar de verlos, he podido ver en ellos como en bola de cristal toda una vida y eternidad juntos, no tengamos miedo, dejemos nuestras alas desarrollar, podemos volar y llegar mucho más allá, es así, confía, esto es verdadero, ángeles, arcángeles, querubines y serafines cantan nuestra canción, ellos nos tomarán de la mano, y nos mostrarán, nos darán claridad de mente y alma, y la fuerza necesaria para que en este plano alcancemos todo lo deseado y transcender, llegar hasta el otro lado, fortalecidos, en comunión, como ha debido de ser desde el principio, en pares somos creados, divididos y volvemos a reunirnos, a complementarnos, a formar ese todo que únicamente podemos establecer los dos, y me vuelvo a ti, desenterrando y envainando mi espada y te juro, te prometo que seguiré contigo eternamente para siempre Dios… ¡Así sea!



Marwin Carvallo Peña
Originalmente escrito: 30/01/2014

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