La Isla

     Y así fue entonces, como mis lágrimas fueron secadas por el sol y la brisa me hizo volar hasta ti, ese suave aroma a mandarina que despierta mis sentidos, tan dulce y especial que me eleva y me hace caer como pluma en un mar azul, cerca de la isla de tu corazón, adornado con lirios rosados y violetas, con ángeles danzando y cantando mi canción, nuestra canción, y anuncian que pronto todo cambiará, y doy la vuelta y miro a mis caballos blancos, algunos pegasos, algunos unicornios, todos dispuestos a llevarnos a través de los caminos que nos tiene deparado el destino; este nos dice que solo nos puede mostrar la puerta y que solo nosotros sabremos cómo hacer nuestro camino, nuestro destino; somos consecuencia del pasado y seremos el futuro que queramos tener y ser, haciéndolo, construyéndolo en nuestro presente, y de repente la canela inunda mis pensamientos y como esas verdes praderas en las cuales nos recostamos, flotando entre la bruma sabremos que todo lo bello y hermoso de la vida nos ha estado esperando, para que lo reclamemos, y así entonces es como comienza este siguiente capítulo, nuestra vida juntos…

Marwin Carvallo Peña

Originalmente escrito: 01/12/2013